Vistas de página en total

martes, 6 de diciembre de 2016

TRANSGÉNICOS: UNA RESPONSABILIDAD SOCIAL COMPARTIDA



OGMs y venenos ¿Culpa de quién?
El Ministerio de Agroindustria continúa aprobando tandas de semillas modificadas, en este caso del orden BT, las cuales se sumarían a la ya larga lista de OGMs. Las organizaciones ambientalistas se manifiestan alarmadas. Toxinas en las semillas... ¡qué horror!

Sin embargo el problema no es la toxina BT, sin duda. Ni siquiera lo es el glifosato por muy tóxico y cancerígeno que fuera. El problema es algo más complejo y nos incluye a todos. Porque nos quejamos y luego consumimos aquello sobre lo cual nos quejamos. La madre del problema somos todos nosotros, los hombres-consumidores. Veamos.

BT significa bacillus thuringiensis, que es el microorganismo que se puede utilizar para matar lepidópteros sin recurrir a insecticidas tóxicos. Desde hace ya varios años los cultivadores orgánicos y cuidadosos del ambiente recurren a trucos de equilibrio ecológico para defender sus plantas de sus depredadores naturales. Usando insectos que se comen a otros insectos, o microorganismos cultivados, o minerales abrasivos como el sílice de la diatomea, o sustancias vegetales tóxicas para otros organismos, u hongos que matan a otros hongos. Controles naturales sobre agentes naturales en un proceso artificialmente mediado.

 El verdadero problema es que nosotros no somos capaces de cultivar nuestra propia comida, ni individual ni colectivamente...

El BT es uno de ellos, sólo que la gran industria lo incorporó a la semilla en vez de la forma tradicional que es cultivarlo y usarlo por asperjado en solución. Inclusive el gene RR que habilita el uso masivo de glifosato, es decir la parte transgénica que se incorpora para hacer a la semilla resistente a ese veneno, proviene de otra agrobacteria natural del suelo. Razón por la cual los científicos al servicio de las agroquímicas hacen su defensa aduciendo que ninguna de esas combinaciones genéticas es realmente artificial.

Se han venido produciendo en la naturaleza durante millones de años. El genetista sólo colabora. Por supuesto, el problema no es el OGM sino la toxicidad del glifosato. La planta tiene defensa contra él, nosotros no. Entonces, viéndolo en balance de daños, es mucho mejor que el productor use semillas BT a que rocíe las plantas y el suelo con millones de litros de venenos insecticidas.

La clave de todo esto es que no serían necesarias ninguna de ambas opciones.

El verdadero problema es que nosotros no somos capaces de cultivar nuestra propia comida, ni individual ni colectivamente, lo cual sería la solución definitiva a esos venenos y a la destrucción que causa el cultivo en gran escala.

No es que no podamos, es que no queremos, o no nos organizamos para ello. Por supuesto, hacer eso implicaría cambios muy drásticos en nuestra cultura y hábitos de vida. Todos benéficos.

Por ejemplo, también ahorraríamos 70% de energía mínimo, entre fletes y combustibles usados para la maquinaria agrícola, dado que la producción local bien organizada no necesita transporte. En nuestro país solamente el costo de fletes por año llega a casi 50.000 millones de pesos y la distancia recorrida sumada equivale a miles de veces el recorrido del ecuador.

Y tampoco agroquímicos tóxicos. En huertas orgánicas en pequeña escala, el control es más eficiente, y los riesgos de infestación y posibles daños, mucho menores.

Ahora... ¿De cuál bolsillo cree usted que sale, en definitiva, el dinero que paga a Syngenta, Bayer Crop o Monsanto? Sencillo: del suyo.

Y no a la fuerza. Porque usted lo hace voluntariamente.Todo el ciclo termina allí, en su bolsillo, sea por ciclo corto o largo. Usted paga el combustible, los transgénicos y los venenos cada vez que compra verduras, pan, harinas, dulces, fideos, arroz, y muchos otros productos comerciales más.

Hasta en una golosina hay JMAF, ingrediente que se fabrica casi totalmente con maíz transgénico. Usted los paga cuando compra un producto chino, fabricado por trabajadores alimentados en parte con carne de cerdo, animales de cría que a su vez se alimentan mayoritariamente con soja argentina transgénica cultivada con uso de glifosato.

Todo ese dinero alimenta la cadena que termina en esas grandes corporaciones y en camino da ganancias millonarias a los productores en gran escala.

De casi toda compra que usted hace cada día, algo de dinero va a parar al capital de esas grandes corporaciones a las cuales quizás luego usted repudia por dañar el medio ambiente.

Ellas no existirían si todos nosotros no les pagásemos de ese modo.
¿Lo había pensado?

No son ellos. Somos nosotros.
Fuente: sott.net

No hay comentarios:

Publicar un comentario

REGLAS BÁSICAS PARA COMENTAR/MODERAR:

TEMÁTICA: El comentario debe estar relacionado con el post. (De este modo, evitamos los comentarios off topic que no aportan al tema de debate)
RESPETO: Se admiten las críticas constructivas. Y no se permiten comentarios que falten al respeto. (Ni del autor, ni de la página, ni al resto de comentaristas)
AUTO-BOMBO: No se admiten comentarios publicitarios o promocionales de páginas web, productos ni servicios.