El móvil de los atentados de París y
Bruselas
por Thierry Meyssan
Se desconoce, por el momento, quién ordenó los atentados
perpetrados en París y en Bruselas. Aunque se han mencionado varias pistas, la
única hipótesis que se sostiene es la de una operación decidida por Turquía.
Thierry Meyssan relata aquí el conflicto secreto que pesa sobre las relaciones
entre la Unión Europea, Francia y Turquía desde hace 5 años.
En 2011, los ministros de Relaciones Exteriores de Francia, Alain Juppé, y
de Turquía, Ahmet Davutoglu, acordaban en secreto la creación de un Sunnistán,
que abarcaría territorios de Irak y Siria –tarea que quedaría en manos del
Emirato Islámico–, y crear un seudo Kurdistán al que serían empujados los
kurdos de Turquía. Aquel proyecto tenía el respaldo de Israel y el Reino Unido.
Es demasiado pronto para decir con certeza de dónde vino la
orden que dio lugar a los atentados perpetrados en París, el 13 de noviembre de
2015, y en Bruselas, el 22 de marzo de 2016. Por el momento, la única
explicación razonable es la que proporcionan los elementos que mencionaremos
seguidamente.
* * *
Inmediatamente después de la muerte del fundador del
islamismo turco, Necmettin Erbakan, y en momentos en que acaba de iniciarse la
«primavera árabe», el gobierno del entonces primer ministro turco Erdogan
concluye un acuerdo secreto con Francia. Según un diplomático que estudió ese
documento, en él se estipulan las condiciones para la participación de Turquía
en las guerras contra Libia, que acaba de empezar, y contra Siria, que será el
paso siguiente. Representada por su ministro de Relaciones Exteriores, Alain
Juppé, Francia se compromete fundamentalmente a resolver la «cuestión kurda»
sin «afectar la integridad del territorio turco». Esta rebuscada fórmula
significa que se creará en otro lugar un seudo Kurdistán para expulsar hacia él
a los miembros del PKK. Hasta aquel momento, ese proyecto de limpieza étnica,
que no es nuevo, sólo se había mencionado en la literatura militar israelí que
describía el nuevo Estado creado en territorios pertenecientes a Siria e Irak.
El 31 de octubre de 2014, Francois Hollande acompaña a Recep Tayyip Erdogan
a la entrada del Elíseo. Pero otro invitado acaba de salir discretamente por la
puerta pequeña: el kurdo Salih Muslim.
El 31 de octubre de 2014, el presidente francés Francois
Hollande aprovecha una visita oficial de Recep Tayyip Erdogan a París para
organizar un encuentro secreto, en el palacio del Elíseo, con el copresidente
de los kurdos de Siria, Salim Muslim. Traicionando a los kurdos de Turquía y a
su líder histórico, Abdullah Ocalan, Salim Muslim acepta convertirse en
presidente del seudo Kurdistán que debería crearse con el derrocamiento del
presidente sirio democráticamente electo Bachar al-Assad.
Es el momento de la batalla de Kobane. Los kurdos de Siria
defienden durante meses esa ciudad ante la embestida de las fuerzas del Emirato
Islámico. La victoria de los kurdos sobre los yihadistas que atacan Kobane
modifica seriamente el tablero político: para combatir seriamente a los
yihadistas hay que aliarse con los kurdos. Pero los kurdos de Siria no
obtuvieron la nacionalidad siria sino al inicio de la guerra, hasta entonces
habían sido refugiados políticos turcos en territorio sirio, expulsados de su
país durante la represión turca de los años 1980. Los Estados miembros de la
OTAN consideraban entonces al PKK, principal organización de los kurdos de
Turquía, como una organización terrorista. En lo adelante, los miembros de la
OTAN van a establecer una diferencia entre “los malos” del PKK turco y “los
buenos” del YPG sirio, a pesar de tratarse de dos organizaciones hermanas.
A raíz de la batalla de Kobane,
Francois Hollande cambia de bando y establece claramente su respaldo a los
kurdos recibiendo en el Elíseo una delegación del YPG, el 8 de febrero de 2015.
Sorpresivamente, el 8 de febrero de 2015, Francia renuncia
a su compromiso anterior. Francois Hollande recibe en el Elíseo, ahora
oficialmente, a Asya Abdullah, copresidenta de los kurdos de Siria y fiel a
Ocalan, y a la comandante Nesrin Abdullah, esta última en uniforme camuflaje.
Salih Muslim no participa en esa reunión.
Recep Tayyip Erdogan reacciona ordenando un atentado del
Emirato Islámico contra una manifestación a favor de los kurdos, atentado
perpetrado en Suruc el 20 de julio de 2015. Apoderándose de la retórica
antiterrorista, Erdogan declara la guerra al Emirato Islámico y a los kurdos,
pero sus fuerzas armadas atacarán solamente a los kurdos. Con ello, Erdogan
pone fin al alto al fuego y reinicia la guerra civil en su propio país. A falta
de un seudo Kurdistán en Siria, Erdogan provoca un éxodo de kurdos hacia
Europa.
El 3 de septiembre de 2015, la publicación de la fotografía
de un niño kurdo ahogado marca el inicio de una gran oleada de migrantes desde
Turquía… hacia la Unión Europea, principalmente hacia Alemania. Durante las
primeras semanas, los dirigentes alemanes acogen con entusiasmo el flujo masivo
de nuevos trabajadores, muy necesarios para la industria pesada alemana,
mientras que los medios de prensa expresan compasión por los refugiados que
supuestamente huyen de la dictadura siria. El 29 de septiembre, los dirigentes
franceses y alemanes incluso se apropian de la empatía hacia los migrantes para
estudiar la posibilidad de subvencionar la continuación de la guerra asignando
3 000 millones de euros a Turquía –donación presentada a la opinión pública como
una ayuda humanitaria para los refugiados.
A finales de septiembre de 2015, Rusia inicia su operación
militar contra todos los yihadistas, independientemente de la bandera que
agiten. Viendo en grave peligro su proyecto, Recep Tayyip Erdogan empuja a
Salih Muslim a emprender una operación de kurdización forzosa del norte de
Siria. Brigadas kurdas expulsan a los profesores árabes y asirios de las
escuelas y los reemplazan con maestros kurdos. Los sirios se rebelan y recurren
a los rusos. Estos últimos tratan de restablecer la calma e incluso mencionan
una posible federalización ulterior de Siria. Francia brilla por su ausencia.
El 13 de noviembre, exasperada por los repetidos cambios de
rumbo de Francois Hollande, Turquía utiliza a la ciudadanía francesa como rehén
y ordena la realización de los atentados de París, con un saldo de 130 muertos
y 413 heridos.
Escribí entonces:
«Los
sucesivos gobiernos franceses han establecido alianzas con Estados cuyos
valores son contrarios a los valores de la República Francesa. Los gobiernos
franceses sucesivos han ido comprometiéndose progresivamente a librar guerras
secretas por cuenta de esos Estados, antes de renunciar a esos compromisos. El
presidente Hollande; su jefe de estado mayor particular, el general Benoit
Puga; su ministro de Exteriores Laurent Fabius y su predecesor Alain Juppé,
ministro bajo el mandato del ex presidente Sarkozy, son actualmente objeto de
un chantaje del que sólo podrán librarse revelando en qué implicaron
indebidamente al país». [1]
Aterrorizado,
París regresa apresuradamente al plan Juppé de 2011. Junto a Londres, fuerza,
el 20 de noviembre, la adopción de la resolución 2249 en el Consejo de
Seguridad de la ONU. Bajo el pretexto de luchar contra el Emirato Islámico, el
objetivo es justificar la conquista del norte de Siria para crear allí
–finalmente– el seudo Kurdistán hacia donde Recep Tayyip Erdogan podrá expulsar
a «sus» kurdos.
Pero
Estados Unidos y Rusia retocan ligeramente el texto, de tal manera que Francia
y el Reino Unido no pueden intervenir sin ser invitados por Siria –situación
que recuerda de inmediato la fracasada operación colonial de 1956, cuando las
tropas franco-británicas intentaron ocupar el Canal de Suez con apoyo de Israel
y de Turquía, pero tuvieron que retirarse en cuanto Estados Unidos y la URSS
fruncieron el ceño.
Durante
los 5 meses y medio de intervención rusa en Siria, las relaciones entre Turquía
y Rusia empeoraron constantemente. Tienen lugar el atentado contra el vuelo
9268 de Metrojet sobre el Sinaí, las acusaciones de Vladimir Putin en la cumbre
del G20 realizada en Antalya, el derribo del Su-24 en el norte de Siria y las
sanciones rusas contra Turquía, la publicación de las fotos aéreas de las
caravanas de camiones cisterna llevando a través de Turquía el petróleo robado
por el Emirato Islámico, etc. Después de sopesar la posibilidad de una guerra
contra Turquía, Rusia decide finalmente mostrarse sutil y respaldar al PKK
contra el régimen de Erdogan. Serguei Lavrov logra convencer a su interlocutor
estadounidense de que hay que aprovechar la inevitable desestabilización en
Turquía para organizar el derrocamiento del dictador Erdogan. Sabiéndose
amenazado tanto por Rusia como por Estados Unidos, el régimen turco trata
nuevamente de buscar aliados. El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, viaja
el 5 de marzo a Teherán y el ministro iraní de Exteriores, Mohammad Javad
Zarif, llega a Ankara el 18 de marzo. Pero la República Islámica no tiene
intenciones de enemistarse con los Dos Grandes.
El 14 de
marzo, Vladimir Putin anuncia la retirada de los bombarderos tácticos rusos.
Parece que el proyecto de creación de un seudo Kurdistán vuelve a ser posible.
Pero Washington y Moscú se adelantan a Ankara y comienzan la entrega indirecta
de armamento al PKK.
Colmo de
males para Ankara, ahora es la Unión Europea quien ya no quiere oír hablar de
colonizar el norte de Siria. La mayoría de los Estados miembros de la UE sigue
la política exterior impuesta por París desde hace 5 años, con la ya
ampliamente comprobada ausencia de éxito. Como expresión de descontento, varios
países, como Bélgica, han concedido asilo político a líderes kurdos de Turquía.
También manifiestan su descontento durante la cumbre UE-Turquía, realizada el
17 y el 18 de marzo, donde se ven obligados a aceptar definitivamente una
subvención de 3 000 millones de dólares anuales para Ankara.
Yo mismo
denuncié entonces el comportamiento de las élites europeas que, cegadas por su
obsesión antisiria, reproducen el error cometido en 1938. En aquella época,
cegadas por su obsesión anticomunista, apoyaron al canciller Hitler cuando este
anexó Austria y durante la crisis de los Sudetes (acuerdos de Munich), sin
darse cuenta de que así armaban el brazo que acabaría golpeándolos [2].
Mientras
se desarrollaba la cumbre UE-Turquía, o sea sin importarle las decisiones que
se tomarían, el presidente Erdogan pronuncia un discurso, transmitido por
televisión, en ocasión del aniversario 101 de la batalla de Canakkale («la
batalla de los Dardanelos», hecho que marcó la victoria del Imperio Otomano
sobre los Aliados) y en memoria de las víctimas del atentado perpetrado varios
días antes en Ankara. Erdogan declara en ese discurso:
«No hay ninguna razón para que la
bomba que estalló en Ankara no explote en Bruselas o en otra ciudad europea (…)
Lanzo aquí un llamado a los Estados que los reciben con los brazos abiertos,
que –directa o indirectamente– apoyan las organizaciones terroristas. Ustedes
están alimentando una serpiente en su propia cama. Y esa serpiente que ustedes
están alimentando puede morderlos en cualquier momento. Ver en sus televisores
bombas que explotan en Turquía quizás no significa nada para ustedes. Pero
cuando las bombas empiecen a estallar en las ciudades de ustedes, entonces
entenderán ustedes lo que sentimos. Pero ya será demasiado tarde. Dejen ustedes
de respaldar actividades que nunca tolerarían en su propio país, y que sólo
toleran cuando son en contra de Turquía.» [3]..
Cuatro
días después, ocurren los atentados de Bruselas, que dejan un saldo de 34
muertos y 260 heridos. Y, para que nadie crea en una simple coincidencia sino
más bien en un acto deliberado, al día siguiente la prensa turca se regocija
ante el castigo infligido a Bélgica [4].
Desde que
el presidente Erdogan reanudó la guerra civil en su propio país, esa guerra ha
segado más de 3 500 vidas en Turquía.
Thierry
Meyssan
Fuente: Red Voltaire
«El rey de Jordania acusa a Turquía de preparar la yihad en
Europa », Red Voltaire, 26 de marzo de 2016.
[1] «La República Francesa como
rehén», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 17 de noviembre de 2015.
[2] «El suicidio europeo ante Turquía»,
por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 21 de marzo de 2016.
[3] Ver un fragmento del discurso:
«Amenaza de Erdogan contra la Unión Europea», por Recep Tayyip Erdogan, Red
Voltaire, 25 de marzo de 2016.
[4] «Turquía reivindica el baño de
sangre de Bruselas», por Savvas Kalederides, Red Voltaire, 24 de marzo de 2016.
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