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jueves, 31 de octubre de 2013

ECUADOR NO SIGUE LAS POLÍTICAS DEL FMI



Rafael Correa: “Somos los peores alumnos del FMI”
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien se encuentra de gira oficial en Rusia, se mostró orgulloso de que su Gobierno no aplique las políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI).

“Somos los peores alumnos del Fondo Monetario; hemos hecho exactamente lo contrario de lo que siempre ha dicho el Fondo”, expresó Correa este miércoles en una conferencia.

Correa sostuvo que “los verdaderos inversionistas no buscan buenos alumnos del FMI”, sino más bien se interesan por los logros económicos, sociales y la estabilidad política de los países foco de la inversión.

En tal sentido, destacó que entre 1996 y 2007, Ecuador tuvo siete presidentes, y luego de que su proyecto político, conocido como la “Revolución Ciudadana”, asumiera el poder en enero del 2007, ha ganado nueve elecciones consecutivas (dos presidenciales y tres consultas populares).

En el campo económico, Correa destacó que su país posee una de las tres economías más dinámicas de América Latina.

Luego de su paso por Rusia, a donde llegó el pasado domingo, el dignatario viajará a Bielorrusia, en reciprocidad a la visita que el presidente Alexander Lukashenko hizo a Ecuador en junio de 2012.

En este país pretende establecer acuerdos en el sector tecnológico y científico, áreas donde esa nación tiene amplia experiencia.

El 6 de noviembre próximo el mandatario ecuatoriano llegará a Francia, donde visitará París y luego Lyon.

En Francia está previsto que Correa intervenga en la 37 asamblea de la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura de las Naciones Unidas (Unesco).

Fuente: AVN /  LibreRed

FRANCIA: PERSECUCIÓN A CIUDADANOS



Francia enjuicia a ciudadanos por apoyar la campaña antisraelí
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El Gobierno francés persigue ante los tribunales a los ciudadanos que piden el boicot del régimen sionista y, eso, a pesar de que muchos jueces ya han sentenciado que no es delito apoyar la campaña BDS contra el ocupante israelí.

Se han concentrado frente al Palacio de Justicia en París (capital francesa) para decirle al Gobierno que no tienen miedo, que no van a dejarse intimidar.

El Gobierno francés, de derecha o de izquierda, no tolera que sus ciudadanos puedan pedir el boicot del régimen sionista y prueba de ello es el enseñamiento que muestra hacia estos defensores de la causa palestina.

La ministra de Justicia les acusa de incitación al odio racial y a la violencia por apoyar la campaña de boicot contra el ocupante israelí, una acusación por la que fueron declarados inocentes hace unos meses y que el Gobierno ha recurrido.

La pregunta que todos se hacen es ¿por qué el Estado francés persigue a sus ciudadanos en los tribunales por un llamamiento al boicot que muchos jueces ya han dicho que no es delito?

La persecución injusta de la que son víctimas estos ciudadanos no hace más que alentar su determinación en la defensa de la causa palestina en Francia.

Fuente: Hispan Tv

miércoles, 30 de octubre de 2013

NEW YORK TIMES DESINFORMA

The New York Times blanquea la Operación Cóndor y refuerza versión oficial sobre muerte de Allende

Por David Lindorff
 
The New York Times tiene un historial de referencias vagas sobre el papel de Estados Unidos en el derrocamiento de gobiernos y el asesinato de líderes extranjeros. Pero un artículo publicado en la edición del jueves por el reportero del Times, Simon Romero (“Latin America Brings Up Its Dead, Seeking Truth to Help Settle the Past") supera el límite de la censura.

En más de 1200 palabras, el artículo describe la exhumación de los restos del poeta chileno Pablo Neruda, de los depuestos presidentes izquierdistas de Brasil, Joao Gourlart y Juscelino Kubitschek, del derrocado presidente Salvador Allende Gossens y de su predecesor, Eduardo Frei Montalva, todas ellas muertes que han sido vistas con sospecha por latinoamericanos. Romero se las arregla para mencionar sólo una vez el "posible" papel estadounidense y luego indirectamente, cuando dice que el presidente Gourlart fue sacado del poder en 1964 con un golpe "apoyado por EEUU". Resultan ser las únicas referencias a Estados Unidos en todo el artículo.

Frente a la cantidad de información que ha sido expuesta a lo largo de los años, Romero menciona el programa de asesinatos de la Operación Cóndor sin señalar que fue orquestado o a lo menos promovido y facilitado por EEUU.

Los hombres del Cóndor

El Cóndor fue un vasto complot que involucró esfuerzos cooperativos de las agencias de inteligencia de todas las dictaduras militares de la región que, durante las décadas de 1970 y 1980, asesinaron a un aproximado de 35 mil a 50 mil personas, principalmente líderes de izquierda, sindicalistas y oponentes de dichas dictaduras.

Este lapsus es particularmente escandalizador considerando que el propio New York Times ha reportado la íntima participación de EEUU en la creación de la Operación Cóndor.

Por ejemplo, el 6 de marzo de 2011, el periódico informó sobre un documento "recientemente desclasificado" del Departamento de Estado norteamericano. Reveló que Estados Unidos facilitó las comunicaciones entre los jefes de los organismos de inteligencia del Cono Sur que trabajaban para eliminar a grupos izquierdistas de oposición en sus respectivos países. Parte del programa involucró la persecución de líderes opositores que había escapado de los golpes y vivían en países vecinos de Sudamérica.

El documento en cuestión, un cable de 1978 dirigido al entonces Secretario de Estado de EEUU, Cyrus Vance, por el embajador de EEUU en Paraguay, Robert E. White, fue caracterizado por el profesor J. Patrice McSherry de la Universidad de Long Island como "otra pieza de evidencia incrementalmente dura que sugiere que el Ejército y oficiales de inteligencia de EEUU respaldaron y colaboraron con el Cóndor, como su socio o patrocinador secreto".

En este cable, el embajador White refiere a una conversación que tuvo con el jefe del Ejército paraguayo, el general Alejandro Fretes Dávalos, diciendo que le informó que los organismos de inteligencia sudamericanos involucrados en la Operación Cóndor "se mantuvieron comunicados unos con otros a través de una instalación de comunicaciones de EEUU en la zona del Canal de Panamá, que cubre toda América Latina". Esa estación de comunicaciones, escribe, era "empleada para coordinar información de inteligencia entre los países del Cono Sur".

White, en este memorándum a Vance, expresa sus temores de que el rol de Estados Unidos en la Operación Cóndor pueda ser revelado durante la investigación criminal del asesinato del ex canciller chileno Orlando Letelier y su colega estadounidense, Ronni Moffitt, ambos muertos por un aparato explosivo instalado en su vehículo en la ciudad de Washington. "Parece aconsejable", escribe White, "el revisar este acuerdo para asegurar que su continuación esté en el interés de EEUU".

Otro documento descubierto en el mismo período, esta vez un cable de la CIA sobre el papel de la Junta brasileña en la Operación Cóndor, refiere a "Cóndor-Tel", que se describe como una "red de comunicaciones establecida por los países del Cóndor". También refiere a ciertas "operaciones europeas" de los países del Cóndor, que incluyeron complots de asesinatos contra líderes depuestos y activistas en el asilo, poco después de abandonar sus tierras.

El tango del Times

El acercamiento completo tomado por el periodista del Times, Romero, con la aparente cooperación o promoción de los editores extranjeros del diario, pretende mostrar las actuales exhumaciones de importantes cadáveres de izquierdistas (ocurridos entre 2004 y 2013), los de Neruda, Gourlart, Kubitschek y Frei, como parte de una especie de tradición cultural arcana de Latinoamérica. Se trata de una "fiebre de exhumaciones", plantea, llegando al extremo de escribir que "la práctica puede ser la continuación secularizada de las costumbres de la época de los primeros cristianos, cuando un comercio vibrante involucraba las partes corporales de los santos".

Ninguna de estas exhumaciones, sin embargo, tiene que ver con la venta de partes corporales. Se trata de buscar evidencia sobre importantes figuras políticas de izquierda, supuestamente muertas por causas naturales u otras circunstancias extrañas, que bien podrían haber sido asesinadas en complots ligados a Estados Unidos y su Agencia Central de Inteligencia (CIA). Romero no dice nada de esto.

En el caso del presidente Frei Montalva, por ejemplo, quien fuera presidente de Chile hasta la elección de Allende, su muerte en 1982 ha sido oficialmente atribuida a complicaciones por una operación. Pero el hecho de que el demócrata cristiano fue un crítico audaz del reinado militar de Augusto Pinochet, el general que lideró el golpe contra Allende, ha generado sospechas de que fue asesinado. En realidad, reporta Romero, después de que su cuerpo fuera exhumado, los expertos forenses concluyeron que Frei había sido envenenado por dosis pequeñas de gas mostaza y talio, un metal pesado altamente tóxico.

Lo que Romero no dice es que en 1982, bajo la presidencia de Ronald Reagan y la dirección de la CIA de William Casey, la Operación Cóndor estaba en su máximo esplendor. Es improbable que Pinochet, una marioneta de Estados Unidos cuyo golpe de 1973 fue incitado por el asesor de Seguridad Nacional de Nixon, Henry Kissinger, haya matado por sí mismo a Frei sin el permiso de EEUU (incluso cuando Romero menciona el golpe de 1973 en Chile, omite señalar que EEUU tuvo un rol activo en fomentarlo).

También se ha dicho oficialmente que Gourlart murió de un ataque al corazón en 1976, cuando vivía en el exilio en Argentina. La exhumación de su cuerpo pretende determinar si fue envenenado o no. Mientras Romero explica tal preocupación, falla en precisar que los principales sospechosos de su eventual asesinato son el Cóndor y, por extensión, la CIA.

Aumentando la desinformación

The New York Times ha censurado por mucho tiempo su cobertura de Latinoamérica, en especial cuando se trata de acciones encubiertas realizadas por Estados Unidos para socavar las democracias populares que Washington considera su "patio trasero". Pero esta publicación en particular lleva la censura al nivel de lo absurdo.

El periodista omite, paralelamente al mencionar la reciente exhumación del cadáver del líder palestino Yasser Arafat, quien murió misteriosamente por "causas naturales" en 2004, que expertos suizos encontraron rastros de polonio, un elemento raro y altamente tóxico, en sus prendas. Dicho hallazgo, dado a conocer en una respetada publicación médica inglesa, el Lancet, aumenta la probabilidad de que Arafat fuera asesinado. Sólo un limitado número de agencias de inteligencia tienen acceso al polonio. La lista incluye a Estados Unidos, la Unión Soviética e Israel, el último de los cuales ha expresado claramente su disgusto hacia Arafat, al punto de haber amenazado en 2002 con bombardearlo.

No debe sorprender que Romero, un corresponsal de larga data del Times emplazado actualmente en Brasil, escriba un artículo tan descaradamente censurador sobre la historia de la acción encubierta de EEUU en América Latina. Romero también escribió una absurda historia basada en datos de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA), mostrando que Venezuela se había convertido en una amenaza militar regional pese a que la "Fairness Accuracy in Reporting" indicó que el Ejército venezolano era superada en ese momento por Colombia y Brasil, y que representaba 1/500 del tamaño del Ejército estadounidense.

Para darle a Romero lo que merece, no obstante, el problema es más grande que un reportero. Ablandar las horrendas hazañas de Estados Unidos no es algo nuevo y no está limitado a un reportero del Times. Usar la "tradición cultural" para explicar por qué alguien querría exhumar a figuras populares que murieron bajo circunstancias sospechosas recuerda a un artículo anterior del Times en el que el autor usó la pseudopsicología, incluso la neurología, para explicar por qué ciertas personas creen en "conspiraciones".

Cuando se trata de asesinatos políticos que subyacen a la mayoría de las exhumaciones mencionadas, no hay forma de evitar observar lo que parece ser una omisión deliberada del potencial patrocinio estadounidense. Que la revisión de los hechos ocurra en tiempos en que el sentimiento anti-estadounidense aumenta en muchos países latinoamericanos que buscan reparación y justicia no puede ser ignorado. Mientras lamentamos estas trágicas muertes podríamos agregar otra en Estados Unidos: la lenta muerte del periodismo honesto. Es tiempo de exhumar la verdad, en todas partes.
Fuente: verdad ahora

ARABIA SAUDITA EN LA CUERDA FLOJA



Suicidio saudita
por Thierry Meyssan
Arabia Saudita retomó el plan qatarí tendiente a derrocar el régimen laico en Siria pero Riad parece incapaz de adaptarse al brusco retroceso de Estados Unidos. No sólo rechaza el acuerdo ruso-estadounidense sino que incluso prosigue la guerra y está anunciando diversas represalias para «castigar» a Estados Unidos. En opinión de Thierry Meyssan, esa obstinación equivale a un suicidio colectivo de la familia Saud.

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Abandonada en Siria por Estados Unidos, ¿se suicidará Arabia Saudita a falta de lograr llevarse la victoria? Eso es lo que puede pensarse al ver los siguientes acontecimientos:
-  El 30 de septiembre pasado, el príncipe Bandar Ben Sultan viajó a Rusia, donde no sólo fue recibido por su homólogo, el jefe de los servicios secretos, sino por el presidente Vladimir Putin. Hay dos versiones de ese encuentro. Según los sauditas, Bandar se expresó en nombre del reino y de Estados Unidos. Propuso comprar armamento ruso por una suma ascendente a 15 000 millones de dólares si Moscú abandonaba Siria. Según los rusos, Bandar se expresó con arrogancia, amenazando con el envío de yihadistas que pondrían en crisis la celebración de los Juegos Olímpicos de invierno en Sochi si Moscú persistía en su respaldo al régimen laico de Damasco y proponiendo un verdadero soborno. Sea cual sea la verdad, lo cierto es que el presidente Putin vio las palabras del príncipe saudita como un insulto a Rusia.
-  El pasado 30 de septiembre, el príncipe Saud Al-Faisal estaba inscrito como orador en el orden del día del debate general de 68ª Asamblea General de la ONU. Sin embargo, furioso ante el acercamiento entre Irán y Estados Unidos, este otro príncipe saudita –que funge como ministro de Relaciones Exteriores– simplemente abandonó la sede de la ONU, sin excusarse siquiera. Tan grande era su cólera que incluso se negó a que el discurso que iba a pronunciar, ya preparado e impreso de antemano, fuese distribuido a las delegaciones de los demás países.
-  El 11 de octubre, el secretario general adjunto de la ONU y ex responsable del Departamento de Estado para el Medio Oriente, Jeffrey Feltman, recibía a una delegación libanesa. Al hablar, en nombre del secretario general de la ONU Ban Ki-moon, Feltman no encontró palabras lo suficientemente duras para criticar la política exterior de Arabia Saudita, basada en «rencores» e incapaz de adaptarse a un mundo cambiante.
-  El 18 de octubre, la Asamblea General de la ONU elegía –193 votos a favor y 176 en contra– a Arabia Saudita para ocupar un puesto de miembro no permanente en el Consejo de Seguridad por un periodo de 2 años, que comenzaría el 1º de enero de 2014. El embajador saudita Abdallah El-Muallemi se felicitaba entonces por esa victoria que, según él, era un reflejo de «la eficacia de la política saudita caracterizada por la moderación» (sic). Sin embargo, unas pocas horas más tarde el príncipe Saud Al-Faisal publicaba un comunicado –de tono nasserista– sobre la incapacidad del Consejo de Seguridad y la negativa del reino a ocupar el puesto en ese órgano. Aunque mencionó el tema de Siria como motivo principal de esa decisión, el ministro saudita se dio el lujo de denunciar también la cuestión palestina y el tema de las armas de destrucción masiva en el Medio Oriente, o sea de designar simultáneamente como enemigos de la paz a Irán e Israel. Dado el hecho que la crítica contra la política de la ONU en Siria equivale a una denuncia directa contra Rusia y China, que recurrieron por 3 veces a su derecho de veto, el comunicado saudita era un insulto a Pekín, cuando China es actualmente el principal comprador del petróleo saudita. Ese viraje, que provocó consternación en las Naciones Unidas, fue sin embargo ruidosamente saludado por Francia y Turquía, países que dicen compartir la «frustración» de Arabia Saudita sobre el tema de Siria.
-  El 21 de octubre, el Wall Street Journal revelaba que el príncipe Bandar Ben Sultan había invitado varios diplomáticos europeos acreditados en Riad a visitarlo en su domicilio, donde les narró el furor saudita ante el acercamiento entre Irán y Estados Unidos y el retroceso estadounidense en Siria. Ante sus atónitos interlocutores, el jefe de los servicios secretos sauditas anunció que el reino piensa vengarse retirando sus inversiones de Estados Unidos. Retomando el episodio del asiento en el Consejo de Seguridad, el Wall Street Journal precisó que –según el príncipe Bandar– el comunicado no estaba dirigido contra la actitud de Pekín sino contra Washington, precisión que resulta tanto más interesante cuanto que no corresponde a la situación.
Ante la incredulidad que suscitaron esas declaraciones y los comentarios conciliadores del Departamento de Estado, el príncipe saudita Turki Ben Faisal explicó a la agencia Reuters que su enemigo personal Bandar había hablado en nombre del reino y que esa nueva política no será objeto de revisión. Lo cual quiere decir que no existen divergencias al respecto entre las dos ramas rivales de la familia reinante en Arabia Saudita –los Sudairi y los Shuraim– sino una visión común que comparten los dos bandos.
En resumen, Arabia Saudita insultó a Rusia en julio pasado, insultó a China hace 2 semanas. Y ahora insulta a Estados Unidos. El reino anuncia que va a retirar sus inversiones de este último país, probablemente para volverse hacia Turquía y Francia, aunque ningún experto ve cómo pudiera ser eso posible. Ese comportamiento puede tener dos explicaciones: Riad finge cólera para que Washington pueda continuar la guerra en Siria sin responsabilizarse con ella o la familia Saud está cometiendo un suicidio político.
La primera hipótesis parece estar en contradicción con las palabras de Bandar ante los embajadores europeos. Si estuviese jugando a favor de Estados Unidos por debajo de la mesa, el jefe de los servicios secretos sauditas tendría especial cuidado en no ponerse a predicar revoluciones a sus aliados.
La segunda hipótesis recuerda el comportamiento de los camellos, animal preferido de los beduinos sauditas. Esos cuadrúpedos tienen la reputación de alimentar sus rencores durante largos años y de ser incapaces de vivir en paz mientras no hayan logrado concretar su venganza, sea cual sea el precio a pagar por ello.
Pero Riad parece haber olvidado que la supervivencia de Arabia Saudita está en juego desde que John O. Brennan fue nombrado director de la CIA, en marzo de 2013. Brennan, quien estuvo destacado en Arabia Saudita, es un resuelto adversario del dispositivo que sus predecesores montaron en el pasado con Riad: el yihadismo internacional. Brennan estima que si bien esos elementos hicieron un buen trabajo en su momento –en Afganistán, Yugoslavia y Chechenia–, hoy se han hecho demasiado numerosos e incontrolables. Lo que empezó siendo una banda de extremistas árabes enviados a combatir contra el Ejército Rojo se ha convertido con el tiempo en una constelación de grupos, presentes desde Marruecos hasta China, que hoy luchan más con la perspectiva de imponer el modelo de sociedad saudita que para vencer a los adversarios de Estados Unidos.
Ya en 2001, Estados Unidos había planeado liquidar al-Qaeda atribuyéndole los atentados del 11 de septiembre. Pero, con el asesinato oficial de Osama ben Laden en mayo de 2011, Washington prefirió rehabilitar esa red y la utilizó profusamente en Libia y en Siria. Sin al-Qaeda nunca hubiese sido posible el derrocamiento de Muammar el-Kadhafi, como ha quedado demostrado con la llegada de Abdelhakim Belhaj –ex número 2 de al-Qaeda en Libia– al cargo de gobernador militar de Trípoli. Según la visión de Brennan, es necesario reducir el yihadismo a su mínima expresión y conservarlo únicamente para su uso como fuerza de apoyo de la CIA en ciertas circunstancias.
El yihadismo no sólo es la única fuerza efectiva de Arabia Saudita, cuyo ejército se divide en dos unidades que obedecen cada una a uno de los clanes de la familia Saud, sino que además se ha convertido en la única razón de ser del reino en la medida en que Washington ya no necesita a Arabia Saudita para que le garantice el petróleo ni tampoco para que predique la causa de la paz con Israel. Lo anterior explica el regreso del Pentágono al viejo plan de los neoconservadores: «Expulsar de Arabia a los Saud», según el título de un PowerPoint proyectado en julio de 2002 a los miembros del Consejo Político del Departamento de Defensa. Ese proyecto prevé el desmantelamiento de Arabia Saudita en 5 zonas, 3 de las cuales estarían llamadas a convertirse en Estados independientes entre sí mientras que las otras 2 pasarían a formar parte de otros países.
Al optar por probar fuerza con Estados Unidos, la familia Saud no deja opción a los estadounidenses. Es poco probable que Washington permita que unos cuantos beduinos adinerados le digan lo que tiene que hacer, lo cual hace muy previsible que decida meterlos en cintura. En 1975, Washington no vaciló en ordenar el asesinato del rey Faisal. Esta vez, es muy probable que actúe de forma aún más radical.