Barack Obama, es el primer
presidente judío de Estados Unidos
Por James
Petras,
traducción
del sitio web Rebelión (Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández)
| Obama le pregunta a Shimón Peres: "¿Qué puedo hacer por Israel?"
(Ha’aretz, 17 de noviembre de 2008).
(BWN) ¿Por qué Obama utiliza el dinero de los impuestos estadounidenses para
financiar guerras para Israel y por orden de Israel? ¿Por qué Obama respalda a
Monsanto y la industria farmacéutica? ¿Por qué Obama obedece cualquier idea
sionista de los Rothschild o los Rockefeller? La respuesta a todas las
preguntas es un sola: Barack Omaba es judío.
El artículo de Rebelión.org
"El Relator Especial de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos en los Territorios Palestinos (Richard Falk) ha manifestado que las políticas de Israel
en la zona son un crimen contra la humanidad… Dijo que las
Naciones Unidas debían actuar para proteger a la población palestina de los
sufrimientos causados por lo que denominó como “castigos colectivos”… Dijo que el
Tribunal Penal Internacional debería también
investigar si los dirigentes civiles israelíes y los comandantes militares
responsables del asedio contra Gaza debían ser acusados y juzgados por
violación del derecho penal internacional". (BBC News, 10 de diciembre de 2008)
"Necesitamos avanzar en una política
firme aunque directa con Irán, dejándoles muy claro que consideramos
inaceptable que desarrollen armas nucleares, que su financiación de
organizaciones terroristas como Hamas y Hizbullah y sus amenazas contra Israel
van en contra de todo aquello en lo que creemos… Quizá tengamos que endurecer
esas sanciones… y plantearles una opción muy clara… y tendrán que aceptarla por
las buenas o por las malas". (Presidente electo Obama en NBC Meet the
Press, 7 de diciembre de 2008)
Introducción
Según Abner Mikvner, importante portavoz sionista nacional, ex congresista, juez
federal, consejero del Presidente Clinton durante su época en la Casa Blanca y
uno de los primeros patrocinadores de Obama, "Barack Obama es el primer Presidente judío" [en EEUU]. La afirmación de Mikvner refleja tanto el
unilateral y largo compromiso de Obama con el Estado de Israel y su lealtad
hacia la Configuración del Poder Sionista (ZPC, por sus siglas en inglés) en
los Estados Unidos, como
el ya algo lejano y exitoso esfuerzo de una red de poderosos sionistas judíos,
a nivel financiero y político, para "empotrar’ a Obama en su aparato
político de "Ante todo, Israel". Lo que resulta sorprendente
de este último aspecto son las degradantes y arrogantes proclamas hechas por
algunos importantes judíos sionistas acerca del "rol fundamental" que
han tenido en la creación de la carrera profesional y política de Obama,
negándole de hecho al Presidente electo valor alguno por su propio éxito
académico o profesional. (Esto se ha venido reflejando históricamente en las
continuas afirmaciones de algunos judíos estadounidenses de haber luchado y
ganado en los sesenta la batalla de los derechos civiles en nombre de los
afro-americanos, negándoles básicamente a los estadounidenses negros algún
papel político independiente en su propia lucha). Incluso sus halagos personales sobre su
"sabiduría", "brillantez" y "agudeza intelectual"
han ido siempre vinculados a su apoyo incondicional al Estado de Israel.
Uno puede prever la rapidez con la que sus colegas sionistas sustituirían sus
aplausos por los más crudos insultos sobre su inteligencia si llegara a
sugerir, por ejemplo, que Israel debe poner fin al asedio devastador de Gaza… Ni que decir tiene que los sionistas
conocen bien a su hombre y, como proclaman confidencialmente, es un político
cauto y prudente, que mide bien todo lo que dice, especialmente porque ha
llenado de fanáticos sionistas la Casa Blanca, los consejos económicos y los
aparatos de la seguridad.
La creación y recreación de Obama
El Chicago
Jewish News, un órgano importante de propaganda a nivel nacional de los incondicionales
de "Ante todo, Israel",
publicó un amplio artículo sobre "Obama
y los judíos" de Pauline Dubkin (24 de octubre de 2008), en el que se
citaba con ánimo aquiescente a "un antiguo observador judío de la escena
política" declarando: "Los judíos fueron quienes le
hicieron (Obama). Donde quiera que miren se encontrarán con una presencia
judía".
Esos no
son los típicos alardes arrogantes y grandilocuentes de un representante del
poder sionista con el que constantemente nos bombardean en tantas cuestiones
políticas, sino que refleja una parte importante de lo que Obama ha llegado a
ser, sobre todo al haber prosperado tanto con sus últimas ambiciones políticas. Los promotores sionistas (ZPC), siempre preparados para atribuirse los
méritos de cualquier éxito (por muy infame e inmoral que sea): especuladores de
Wall Street, profesores de la Liga Ivy, militaristas del Pentágono, gurús
culturales e incluso patrocinadores importantes de diversas modalidades del
arte como el jazz, están constantemente volviendo a escribir la historia (o la
biografía, en el caso de Obama) para maximizar su petulancia en todos los
aspectos de la vida estadounidense. La ZCP evita convenientemente
mencionar en sus artículos que la abuela blanca, "gentil", de Obama
le instruyó intelectualmente, le apoyó siempre y solicitó diligentemente para
él una serie de becas para que pudiera estudiar en colegios privados de elite,
donde obtuvo la base necesaria de capacidades intelectuales para escribir,
hablar y razonar como un hombre educado. La ZPC excluye, en su
"revisionista y judaizada" biografía de Obama, la importancia central
del Reverendo Jeremiah Wright, quien transformó a Obama de un licenciado en la
universidad de elite de Ivy en un eficiente activista social. Obama pudo
participar y se implicó en la organización comunitaria de las barriadas
afro-americanas de Chicago gracias a la amplia credibilidad y aval de Wright.
Si no hubiera sido por el Reverendo Wright, Obama nunca habría tenido una base
social o experiencia organizativa como para comprometerse con la política en
Chicago. Fue sólo tras conseguir Obama todas esas capacidades y atractivo
popular que los políticos sionistas se fijaron en él y se acercaron para
trabajar su ego y ambiciones, reclutándole para su agencia a favor de Israel y
financiando su carrera política.
Curiosamente,
a Obama parece no haberle importado que los sionistas hayan reescrito su
biografía. A fin de acomodarse a sus nuevos mentores, los ideólogos
y patrocinadores de "Ante todo, Israel", se ha deshecho
intencionadamente de sus antiguos mentores, insultándoles, y también de
cualquier asesor político actual o colegas políticos que no se hayan adherido a
la línea sionista de apoyo incondicional a Israel. Dos casos me
vienen inmediatamente a la mente. Cuando los principales ideólogos
sionistas objetaron la presencia de Zbigniew Brzezinksy y Robert Malley entre
los asesores en política exterior de Obama, los sionistas del círculo más
próximo a Obama los marginaron con rapidez y para ello contaron su aprobación. Cuando
el tristemente célebre promotor de la tortura fascista-sionista y profesor de
Derecho en Harvard, Alan Dershowitz, empezó a aullar contra el ex Presidente
estadounidense Jimmy Carter (un crítico, con principios, de las políticas de
apartheid de Israel) al hablar en la Convención del Partido Demócrata (tras una
tradición política de siglos honrando a los ex presidentes), los operativos
sionistas humillaron desvergonzadamente al anciano Carter negándole incluso un
discurso de cinco minutos, también con la aprobación de Obama. El
"profesor" Dershowitz alardeó públicamente de su éxito y poder sobre
el nominado demócrata Obama cuando censuró al ex Presidente.
La conversión
y promoción de Obama como seguidor de "Ante todo, Israel", es un caso
práctico excelente sobre los métodos utilizados por la ZPC para construir una
base de poder casi invencible en el sistema político estadounidense. La construcción de Obama por la ZPC no es el resultado de la operación
planificada de antemano y centralmente controlada de una camarilla. La
conversión de Obama empezó a través de un bombardeo ideológico a varios
niveles: individual, familiar y comunitario. Como Obama ascendió de la oficina política
local a la nacional, la promoción sionista fue evolucionando desde el poder
local a otro concertado y organizado a nivel nacional que incluyó campañas de
financiación, nombramientos para hacer carrera en los negocios, propaganda
pagada y viajes de adoctrinamiento a Israel.
La ZPC
ofrece incentivos provechosos a los "probables acólitos" y amenazas
de venganza e intimidación a todos aquellos que critican pública y
políticamente a Israel, y que se mantienen recalcitrantes y rechazan atenerse a
las instrucciones de "Ante todo, Israel", a través de difamaciones en
los medios y de ponerles sistemática y públicamente en la picota, sirviéndose
de las organizaciones comunales judías.
El proceso para convertir a Obama en un acólito, según el
artículo del Chicago Jews News, comenzó durante sus estudios en la Escuela de
Derecho de Harvard, donde fue "detectado" por una profesora sionista,
Martha Minow, como un probable acólito "inteligente, prometedor y
políticamente ambicioso". La profesora relata orgullosamente cómo le facilitó contactos con
sus familiares, incluido su padre, un importante corredor de bolsa demócrata, y
con compañeros sionistas que dirigían una firma de abogados en Chicago y les
recomendó que contrataran a Obama. En resumen, el
primer paso en el reclutamiento sionista fue utilizar un puesto académico
prestigioso para el contacto inicial, seguido de una promesa de carrera a
través de una red de profesionales.
El paso
siguiente fue introducir a Obama en una asociación de amigos y vecinos de la comunidad
judía, entre los que figuraban importantes patrocinadores financieros
sionistas.
Los primeros promotores de Obama jugaron un papel fundamental
convenciéndole de que su futuro político dependía de tener como aliados a los
sionistas y que ese apoyo dependía de su compromiso total con una agenda de
"Ante todo, Israel". Como los lazos de Obama con sus patrocinadores
liberal-sionistas en el Partido Demócrata se iban haciendo más fuertes, sus
vínculos con la organización comunitaria negra y su pastor y antiguo mentor, el
ministro afro-americano progresista, el Reverendo Jeremiah Wright, se
debilitaron. A finales de la década de 1990, Obama estaba firmemente
empotrado en la red sionista liberal del Partido Demócrata y a través de esa
red se unió con dos figuras sionistas clave que resultaron vitales para su
campaña presidencial: David Axelrod, jefe de la política estratégica de Obama
desde 2002 y arquitecto jefe y táctico de su campaña presidencial en 2008, y
Bettilu Salzman, hija de Phillip Klutznick, un multimillonario promotor
inmobiliario, señor de los tugurios y fanático de "Ante todo,
Israel". Salzman/Klutznick
admite que ella nunca habría financiado y promocionado a Obama únicamente por
su "inteligencia" o política liberal si él no se hubiera comprometido
con los intereses de Israel. Afirma: "Obviamente no voy a apoyar a alguien
que se oponga a Israel y a lo que representa. Acierta en todas las cuestiones
relativas a Israel. Está exactamente en el mismo lugar que Clinton (Hillary),
quizá de forma más firme. Es un pensador más claro". (Chicago Jewish News,
24 de octubre de 2008). Durante el tiempo que Obama sirvió en el Senado de
Illinois, compartió despacho con un judío ortodoxo y fanático de "Ante
todo Israel", Ira Silverstein, que alardea de su papel en la
"educación" de Obama sobre la ortodoxia judía y, lo que es más
importante, "compartía los sentimientos a favor de Israel" hasta el
punto que… "cuando Silverstein patrocinó numerosas resoluciones condenando
las bombas de la OLP, Obama firmó con entusiasmo como co-patrocinador".
(ibid)
Completamente
empotrado ya en la Configuración del Poder Sionista, Obama fue aconsejado por
Axelrods, Klutznicks y otros estrategas importantes para que hiciera el
obligatorio peregrinaje ritual a Israel y prometiera obediencia a sus
dirigentes en el curso de su campaña para el Senado. Dos años después, en 2006, durante
su viaje a Israel, Obama fue acompañado y guiado por el vicepresidente
ejecutivo de la Federación Judía del Chicago Metropolitano. Bajo la orientación
sionista, Obama "conectó" con el estado israelí, totalmente ignorante
de la situación de las palestinos que estaban siendo salvajemente reprimidos
por el ejército israelí y atacados a diario por los colonos
sionistas-fascistas. Obama regresó comprometido y convertido a fondo en un
político afro-americano sionista.
Con el certificado de aprobación israelí-ZPC, la base
financiera de apoyo a Obama se amplió hasta incluir a algunos de los más ricos
judíos estadounidenses pro-Israel en el Medio Oeste, incluido Lester Crown,
cuyo hijo, James Crown encabezó la campaña financiera de Obama in Illinois. Según Crown
[padre]: "Desde el momento en que me encontré con él, las veces que
hablamos sobre Israel, y lo hicimos en varias ocasiones, siempre fue un
ardiente patrocinador de la posición defensiva de Israel (sic), de la posición
de Israel en relación a la seguridad". (Ibid)
A esos
fascistas sionistas que piden que Israel se anexione toda Palestina y expulse a
los "árabes" y que se sintieron molestos por la referencia de pasada
de Obama a la solución de los dos estados, Crown les aseguró que la propuesta
de Obama se apoyaba en exigencias tan desorbitadas de concesiones a los
palestinos, que sus palabras no eran más que las hojas que el viento se lleva.
No todos los judíos aceptan esta visión de un Obama
empotrado con los sionistas: Algunos racistas le rechazan como negro
incompetente y poco digno de confianza debido a su "muy íntima
relación" con el Reverendo Jeremiah Wright. Los
medios de comunicación de masas influidos por el sionismo tomaron el consejo de
la extrema derecha y orquestaron una campaña de odio contra el Reverendo Wright
y sus lazos con Obama. Los "sionistas liberales" que llevaron la
estrategia y dirigieron la campaña presidencial de Obama, convencieron fácilmente
a Obama para que se disociara públicamente de su ex ministro y mentor de los
ochenta. Y Obama cumplió. Sin embargo, la alianza de la derecha
republicana y los fascistas sionistas pidieron a Obama que hiciera una denuncia
pública del Reverendo. Los sionistas liberales prepararon el guión, que Obama
recitó, emitiendo una feroz condena del Rev. Wright y tildando de crimen la
defensa hecha por Wright de la soberanía y autodeterminación de los
palestinos".
Obama había cruzado ya el Río Jordán. Su capitulación
ante los fascistas sionistas fue la consecuencia inevitable de sus largos e
íntimos lazos con sus promotores liberal-sionistas. La purga y pública
flagelación de un renombrado teólogo cristiano afro-americano de los oprimidos
fue sólo el comienzo del maquillaje sionista de Obama como primer Presidente
judío (o mejor dicho, sionista) de los Estados Unidos. Fue seguido de una serie
de purgas de cualquier asesor "centrista" o "realista" del
establishment que pudiera haber pronunciado en cualquier momento del pasado
hasta la más leve de las críticas sobre las políticas de Israel o incluso haber
alabado o haberse asociado con algún otro crítico de Israel o del lobby judío
en EEUU. Pasaba a ser considerado "culpable por asociación".
Los
fascistas sionistas intensificaron pronto su campaña para obligar a los
sionistas liberales de Obama a purgar a Zbigniew Brzezinski, el frío guerrero y
Asesor de Seguridad Nacional del ex Presidente Jimmy Carter, a Samantha Power,
autora y profesora universitaria en el Escuela Kennedy de Gobierno en la
Universidad Harvard y a Robert Malley, un ex asesor de Clinton, por la
percepción de sus crímenes contra el sionismo. Brzezinski fue
acusado de defender lo que él llamaba "una política imparcial hacia
Oriente Medio", algo claramente "antisemita" a los ojos de los
incondicionales seguidores de Israel que dominan las Presidencias de las
Organizaciones Judías Americanas Más Importantes (PMAJO, por sus siglas en
inglés). Peor aún, había alabado el crítico libro de Walt-Mearsheimer sobre el
lobby de Israel, una ofensa capital a los ojos de la mayor parte del espectro
político judío. Power y Malley también habían transgredido la línea de
"Ante todo, Israel". Aunque Brzezinski se retractó después de sus
elogios al estudio de los Profesores Walt y Mearsheimer, él y los otros
miembros de los "tres ofensivos" especialistas de política exterior
se vieron marginados y excluidos de poder hacer alguna aportación en las
cuestiones políticas relacionadas con el Oriente Medio.
El control
de la política de Oriente Medio de Obama fue asumido por Dennis Ross, un
virulento sionista partidario de las políticas ultra-militaristas de Israel,
que postula también un ataque armado preventivo contra las instalaciones
nucleares y militares iraníes. Ross es un seguidor incondicional del aniquilador asedio
israelí por hambre de los 1,5 millones de habitantes de la Franja de Gaza y
apoyó totalmente los salvajes ataques aéreos de Israel contra objetivos civiles
en el Líbano. El nombramiento
de Ross por Obama es la garantía más clara para todos los sionistas, liberales,
ortodoxos o fascistas, de que la política de EEUU en Oriente Medio continuará
estando subordinada a los intereses del Estado de Israel y a su ejército.
La purga llevada a cabo por Obama de
todas y cada una de las voces moderadas de la política hacia Oriente Medio, su alineamiento junto a los
fanáticos de "Ante todo, Israel" en la mayoría de las posiciones
importantes aparecidas en su campaña y nueva Administración, reflejan su profunda y larga inmersión en
la Configuración del Poder Sionista. El
resultado es un "Presidente judío" en el sentido de que la mayor
parte de los nombramientos más importantes para la Casa Blanca, así como en el
campo económico y de la seguridad, reflejan la influencia del poder sionista
anterior a las elecciones en la creación, adoctrinamiento y contenidos de la
candidatura de Obama.
La configuración del
"Presidente judío"
Uno de los
partidarios más antiguos de Obama, el rabino Arnold Jacob Wolf, proporciona una
pista de la afinidad de Obama con sus nombramientos sionistas. Según el rabino
Wolf, "Obama está empotrado en el mundo judío". Aunque el rabino se
muestra presuntuoso a la hora de asumir que todos los judíos suscriben sus propios
puntos de vista de "Ante todo, Israel", tiene absolutamente razón
cuando se refiere al mundo judío-sionista.
Nada mejor explica la selección de Obama de manifiestos
fracasados economistas y funcionarios de la seguridad que sus vínculos a gran
escala y largo plazo con la ZPC.
Obama empezó con los nombramientos de dos ciudadanos de
doble nacionalidad israelo-estadounidense, el congresista por Illinois Rahm
Emmanuel y el sionista David Axelrod para altos puestos en la Casa Blanca, así
como el de Lawrence Summers (un aliado en Harvard desde hace mucho tiempo del
judeo-fascista y defensor de la tortura Alan Dershowitz) como asesor económico
jefe de la Casa Blanca. Summers es un partidario de siempre de "Ante todo,
Israel", que utilizó su presidencia en la Universidad de Harvard como
púlpito amenazador para atacar a un grupo de estudiantes de la facultad
críticos de las políticas israelíes en los Territorios Ocupados. Al igual que
el ex Secretario del Tesoro bajo el régimen de Clinton, fue el arquitecto clave
del sistema financiero dominado por la especulación que está pasando
actualmente por un colapso total. En línea con la "Presidencia
judía", Obama nombró a uno de los más importantes e incondicionales
partidarios de "Ante todo, Israel" para que fuera su político clave
respecto a Oriente Medio: Dennis Ross,
un importante ideólogo sionista y coautor de un manifiesto presidencial en el
que se postulaba la guerra preventiva contra Irán. Ross es el personaje sionista crucial en el entorno de
Obama y su nombramiento es la garantía con que cuentan los 52 Presidentes de
las Organizaciones Judías Americanas Más Importantes (PMAJO) de que el régimen
de Obama seguirá y apoyará con armas estadounidenses y con dinero de los
contribuyentes estadounidenses todos los crímenes de guerra, ataques o
invasiones israelíes contra sus vecinos regionales árabes o de lengua farsi. Ross, Axelrod, Summers, Emmanuel y
sus cobardes seguidores en el Congreso, junto con el AIPAC y toda la red
sionista de base comunitaria se asegurarán que Obama está inextricablemente
"empotrado" en su agenda. No
permitirán la publicación ni apoyo de cualquier investigación de inteligencia,
judicial o informe de Naciones Unidas que cuestione la ocupación israelí de
Palestina y la promoción de la guerra preventiva con Irán basada en la
fabricación de datos sobre su supuesta amenaza nuclear. Todos y cada uno de los sionistas recientemente nombrados ha
condenado los informes de las Naciones Unidas y de la Agencia de la Energía
Atómica Internacional invalidando las falsas afirmaciones de Israel acerca de
un programa de armas nucleares iraní. Se asegurarán de que el recién nombrado
Asesor de la Seguridad Nacional, el General James Jones, nunca planteará o hará
público su muy crítico informe interno, basado en su investigación in situ, de
los crímenes de Israel contra la población civil palestina en los Territorios
Ocupados.
La Secretaria de Estado Hillary Clinton, el Presidente
Obama y el Secretario de Defensa Gates están tan profundamente
"empotrados" en la red sionista y tan intensamente imbuidos de la
ideología de "Ante todo, Israel" que no se va a necesitar en absoluto
que la ZPC presione. Los tres son, en efecto, zombis sionizados, ansiosos de
halagar y servir, hasta extremos grotescos, en cada guiño y gesto, señalando
folletos militares, vetos de Naciones Unidas y los repetidos actos provocativos
de guerra contra Irán. Han superado incluso al
Presidente Bush en su ansiedad por complacer a sus mentores sionistas
reconociendo a Jerusalén como capital "indivisible" de los judíos,
negando rotundamente los derechos de los habitantes palestinos.
Nada habla tanto del dominio de la ZPC de la
vida política estadounidense –interior y exterior- como la elección de su
meticulosamente preparado primer "Presidente judío" y la subsiguiente
toma de poder de los puestos estratégicos en los niveles económico y de
seguridad en su administración.
Conclusión
El ascenso de una minoría de ambiciosos
operarios políticos manejados para hacerse con el poder, que actúan ante todo
para una potencia colonial militarista en una región estratégica de la economía
mundial, representa la mayor amenaza para la paz mundial y para los valores
democráticos estadounidenses de la historia reciente.
Piensen en
ello: No sólo los sionistas y sus clones empotrados gobiernan la Casa Blanca,
tienen también el aparato político (izquierda, liberal, centro y derecha) para
silenciar, insultar, emprender caza de brujas y aislar cualquier crítica a su
agenda, a sus organizaciones y al Estado de Israel. Cuando tengan que enfrentar
una crítica, el aparato entero se pondrá a rebuznar al unísono sobre
"anti-semitismo", poniendo en marcha severas sanciones civiles. Como
ilustra la carrera de Obama bajo sus manipuladores sionistas, son capaces de
lanzar denuncias repulsivas contra su antiguo mentor y consejero espiritual
afro-americano, el Reverendo Wright; capaces de humillar públicamente,
desechando a un antiguo Presidente y partidario de Obama , Jimmy Carter;
capaces de aislar y "desinfectar" a antiguos e importantes políticos
extranjeros de anteriores administraciones demócratas, como Brzezinski,
sencillamente por señalar los crímenes israelíes contra la humanidad (aunque
esas observaciones se hagan a diario en la prensa y en los círculos políticos
europeos).
El aparato combina la zanahoria (empotrando y
promoviendo a Obama) y el palo (estigmatizando a Carter). Todo depende de si un
individuo, político, académico, escritor o periodista es "útil" (i.e.
un partidario incondicional) o "nocivo" (i.e. crítico) para el Estado
de Israel.
La experiencia de Obama ilustra cómo
una pequeña minoría, unida, bien organizada y bien financiada, actuando a
través de puestos profesionales prestigiosos y poderosas empresas económicas,
puede penetrar en las principales instituciones políticas, captar a políticos
ambiciosos y "convertirles" en cómplices voluntariosos para promover
guerras en nombre de una potencia militarista colonial extranjera. Si en el pasado hemos sufrido que la matonería sionista atraque nuestra
libertad de expresión en la sociedad civil, piensen en lo que nos espera cuando
esos matones hayan completado el control de la Casa Blanca. ¡En efecto, el
"primer Presidente judío" de los Estados Unidos! ¿Dónde van a ir a
parar el pueblo estadounidense, sus derechos, sus intereses y la política
exterior independiente de su país?
Epílogo
A primeros de diciembre de 2008, el partido derechista de
Israel, Likud, bajo el liderazgo de "Bibi" Netanyahu, reunió y
proclamó su lista de candidatos para las próximas elecciones nacionales (12 de
febrero de 2009). La mayoría
de los candidatos proclamados representa lo que la gran parte de los
periodistas israelíes denominan como "derecha dura", lo que podría
describirse con exactitud como fascismo sionista. La mayoría del Partido Likud está a favor de la expulsión
de todos los palestinos (i.e. no judíos) del Gran Israel, la captura militar de
Gaza, el fin de cualquier pretensión de negociaciones de paz y el bombardeo
inmediato de Irán.
Actualmente, el Likud y sus fascistas cuentan
con el apoyo de una mayoría de judíos israelíes. Si ganan, hay una total
certeza de que recibirán el apoyo automático de todas las respetables
organizaciones judías pro-Israel en EEUU, quienes siguen siempre la siguiente
máxima: "No es una cuestión nuestra cuestionar a quién votan los israelíes
para el poder. Nuestro deber es apoyar al Estado de Israel".
La
elección de un régimen israelí fascista subiría el listón en Washington.
¿Incluiría entonces el empotramiento de Obama en el aparato sionista el apoyo
al fascismo judío, a la limpieza étnica total de Palestina y a su decisión
unilateral de "destruir con armas nucleares" Irán? A las tres semanas
de su presidencia, Obama tendrá que enfrentarse a su mayor desafío en Oriente
Medio, que servirá para definir la naturaleza de la política estadounidense en
la región.
Obama ha
sugerido recientemente que Washington debería destruir Irán para proteger a
Israel (que no ha firmado nunca un tratado con EEUU), a lo cual la Administración
Bush contestó despectivamente que sería muy difícil convencer a los padres
estadounidenses en Kansas de que sus hijos se arriesguen a perecer por
incineración nuclear en honor de un pequeño país en Oriente Medio. No hay duda de que Obama es un
belicista aún mayor que Bush en las cuestiones que implican a Israel: Eso
ocurre cuando se es un "Presidente judío".
Rebelión
Fuente: BWN Argentina
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