Las negociaciones secretas de
Washington con La Habana y Teherán
por Thierry Meyssan
El anuncio del restablecimiento de relaciones
diplomáticas de Washington con La Habana permite presagiar un restablecimiento
de las relaciones de Washington con Teherán. Estados Unidos no renuncia a su
ambición imperialista, mientras que Cuba y Irán tampoco renuncian a su ideal
revolucionario. Sin embargo, en una prueba de pragmatismo, Washington reconoce
que Cuba e Irán no serán vencidos con aislamiento diplomático y guerra
económica. Por consiguiente, Washington se prepara para un enfrentamiento de
otro tipo.
El presidente Raúl Castro y su homólogo iraní
Mahmud Ahmadinejad durante la visita oficial de este último a Cuba, en enero de
2012.
El anuncio simultáneo, por Barack Obama en
Washington y Raúl Castro en La Habana, del restablecimiento de relaciones
diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba causó gran sorpresa en Europa. Como de
costumbre, Washington estaba negociando con su adversario en secreto, sin
prevenir a sus socios europeos pero imponiendo a la Unión Europea el respeto de
las sanciones que ahora será el primero en levantar, aprovechando la evidente
ventaja que ello implicará para sus propios intereses.
Desde hace 2 años, el presidente Obama está
tratando de suavizar los conflictos entre su Imperio y los Estados que se le
resisten: Cuba, en Latinoamérica, e Irán, en el «Medio Oriente ampliado». Cualquiera puede darse cuenta de que las
sanciones unilaterales –verdaderos actos de guerra económica– que Washington
implanta e impone contra sus adversarios, al igual que a sus aliados –obligados
a respetarlas–, simplemente no funcionan. Tanto Cuba como la República Islámica
de Irán han sufrido considerablemente a causa de esas sanciones, pero las
resisten.
Medio siglo de lucha
Durante la guerra fría, Cuba se movilizó
contra la política de apartheid que Sudáfrica pretendía extender a sus vecinos.
El régimen blanco de Pretoria contaba entonces con el respaldo de Estados
Unidos e Israel. El ejército cubano se desplegó en Angola y Namibia hasta la
conclusión de un acuerdo de paz, en 1988. Fidel Castro
fue capaz de derrotar una ideología que dividía la humanidad en dos bandos:
amos y esclavos. Pero todavía hubo que esperar 3 años para concretar
el desmantelamiento del régimen del apartheid sudafricano y para que Nelson
Mandela se convirtiera en presidente del pueblo sudafricano reunificado.
Idénticamente, la
República Islámica de Irán se ha movilizado contra la política de apartheid que
Israel pretende imponer en los países vecinos. Desde su proclamación
ilegal, en 1948, el régimen sionista de Tel Aviv goza del respaldo de Estados
Unidos y del Reino Unido y, seguro de ese apoyo, reclama los territorios que se
extienden entre el Nilo y el Éufrates. Por su parte, Irán apoya a Siria, al
Hezbollah y las organizaciones que componen la resistencia palestina. Durante
el mandato del presidente iraní Mahmud Ahmadinejad, Estados Unidos e Israel
sufrieron numerosas derrotas, principalmente en Líbano, Palestina, Siria y
Yemen.
Numerosos
documentos demuestran los vínculos existentes entre la Sudáfrica del apartheid
e Israel, dos Estados que tienen el mismo origen: la Sudáfrica racista fue
organizada por el comerciante en diamantes Cecil Rhodes –el teórico del «imperialismo
germánico» [1]– mientras que la gestación de Israel
se debe a Theodor Herzl, un discípulo de Rhodes que siguió paso a paso el modelo
rhodesiano. En 2002, la reina Isabel II censuró la publicación de la
correspondencia entre Cecil Rhodes y Theodor Herzl, de la que solamente se
conoce la carta que este último incluyó en una de sus obras.
Ali Shariati
Son tenues los vínculos entre la
Revolución Cubana y la Revolución Islámica. Ali Shariati, el pensador que
preparó la revolución iraní, había traducido a la lengua persa varios escritos
de Che Guevara. Pero Cuba e Irán no han establecido vínculos políticos
significativos. De hecho, quedé muy sorprendido al comprobar su mutuo
desconocimiento durante mis encuentros con dirigentes de ambos países. Cierto
es que existen entre ellos importantes diferencias culturales que dificultan
los contactos. Por ejemplo, la sociedad cubana es ultrapermisiva en el plano
sexual mientras que, por el contrario, la sociedad iraní es (desde mucho antes
de la Revolución Islámica) ultra sobreprotectora en ese aspecto.
Dos Estados revolucionarios
Es evidente que los intereses de Estados
Unidos, por un lado, y los de Cuba e Iran por el otro son irreconciliables y
seguirán siéndolo. No existe ninguna posibilidad de compromiso entre el
imperialismo y el nacionalismo. Pero ello no impide la conclusión de algunas
formas de cese del fuego regionales. La reanudación de las relaciones
diplomáticas no significa por demás el completo levantamiento de los «asedios
económicos» que Washington presenta como «sanciones», como si se
tratara de castigos impuestos por el Consejo de Seguridad de la ONU.
La izquierda europea cataloga actualmente a
Cuba como una dictadura. Pero la izquierda latinoamericana considera la Isla,
por el contrario, como un ejemplo de resistencia. Fidel Castro es considerado
en Latinoamérica como un libertador y goza de gran popularidad en todo el
continente.
De la misma manera, la izquierda europea ve
la República Islámica de Irán como un régimen medieval cuando en realidad ese
Estado es el aliado indispensable de todo movimiento de resistencia al proyecto
de «Medio Oriente ampliado». Sin embargo, si bien Mahmud Ahmadinejad gozaba de
gran popularidad, el Guía Supremo Ali Khamenei es menos conocido en el extranjero.
Ernesto "Che" Guevara
Tanto Cuba como la República Islámica de Irán
han sido víctimas de sus respectivas imágenes. Cuba es calificada de país
«comunista», a pesar de que Fidel Castro no era comunista antes de su victoria
sobre el régimen proestadounidense que gobernaba su país. Tampoco hay que
olvidar que el Che Guevara era contrario al modelo económico soviético, como lo
expresó claramente en sus escritos antes de renunciar a sus funciones como
ministro de Industrias de Cuba para irse a luchar junto a Laurent-Desiré Kabila
en el Congo.
Irán se proclamó República Islámica y debido
a ello generalmente se entiende que se trata de un país de religión musulmana.
Pero Ali Shariati aseguraba que el islam es un proceso revolucionario y que los
revolucionarios del mundo entero son musulmanes en la medida en que luchan por
la Justicia. En todo caso, el Irán chiita también intervino en África, donde
respaldó… al cristiano Laurent-Desiré Kabila a su llegada al poder.
En ambos casos, la Historia recordará que
Cuba y la República Islámica de Irán fueron Estados revolucionarios. Pero las
verdaderas revoluciones, cuando logran la emancipación de los pueblos, sólo
reciben aprobación después que se terminan y cuando dejan de representar una
amenaza para los privilegiados.
La
estrategia de Washington
Para Estados Unidos, lograr una pausa en sus
conflictos con la resistencia de Cuba y con la resistencia de Irán era tanto
una necesidad urgente como una excelente oportunidad. El traslado de las tropas
de Estados Unidos desde el «Medio Oriente
ampliado» hacia el Extremo Oriente estaba bloqueado, al igual que el
redespliegue estadounidense en Latinoamérica. Además, había que resolver la
cuestión de Cuba antes de la próxima Cumbre de las Américas. En efecto, por
iniciativa de Rafael Correa –presidente de Ecuador– Panamá, en su calidad de
país organizador de ese encuentro, había invitado a Cuba… por primera vez.
Barack Obama iba encontrarse entonces frente a frente con su adversario Raúl
Castro. Sin mencionar la reapertura, extremadamente preocupante para los
militares estadounidenses, de una base rusa de espionaje electrónico en Lourdes
–al sur de La Habana [2].
Mientras tanto, en el Medio Oriente, Estados Unidos
no tiene ninguna posibilidad de crear 3 Estados independientes en Irak sin el
consentimiento de Irán.
Observación final. Este tipo de cese del
fuego con Washington es particularmente peligroso. Estados Unidos no cesará por
ello sus maniobras desestabilizadoras contra esos Estados revolucionarios. No
hará otra cosa que continuarlas, explotando para ello las posibilidades de
acceso al interior de esos países que le abrirá esta nueva etapa. Cuba e Irán
no podrán en lo adelante vigilar a los numerosos estadounidenses que visitarán
sus territorios, ya sea en funciones de trabajo como en calidad de turistas.
Durante los 2 próximos años, Estados Unidos no dejará de orquestar nuevos
intentos de revoluciones de colores.
Es por eso que el restablecimiento de
relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana presagia un paso similar
entre Washington y Teherán.
Fuente: red voltaire
No hay comentarios:
Publicar un comentario
REGLAS BÁSICAS PARA COMENTAR/MODERAR:
TEMÁTICA: El comentario debe estar relacionado con el post. (De este modo, evitamos los comentarios off topic que no aportan al tema de debate)
RESPETO: Se admiten las críticas constructivas. Y no se permiten comentarios que falten al respeto. (Ni del autor, ni de la página, ni al resto de comentaristas)
AUTO-BOMBO: No se admiten comentarios publicitarios o promocionales de páginas web, productos ni servicios.