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lunes, 20 de enero de 2014

CUIDADO CON LAS VACUNAS EN EL EMBARAZO



CFK obliga a las embarazadas a aplicarse una vacuna que puede producir abortos.
Se incorpora al Calendario de Vacunación, la vacuna Trivalente Bacteriana Acelular o DTaP, y es mandatoria y compulsiva para todas las futuras madres de la Argentina. Esta es una vacuna más, dentro del arsenal de armas biológicas que las farmacéuticas utilizan, para destruir la sociedad Argentina.

La vacuna en cuestión, está contraindicada para embazadas en otros países dado que posee un nefasto registro de 16% de abortos, luego de su aplicación. Sin embargo en Argentina se incorpora de forma obligatoria, para todas las embarazadas a partir de la semana 11 de gestación.

Según el VAERS, el organismo que recopila los reportes de efectos adversos producidos por las vacunas en EE.UU, para la DTaP se registraron sólo en 2011, 50.345 reportes de efectos adversos y 785 muertes. Estas son cifras que pueden ser consideradas como conservadoras, ya que el propio VAERS reconoce que sólo el 5% de los efectos adversos graves son denunciados.

El prospecto de la Triple Bacteriana Acelular, distribuido en varios países incluye entre sus efectos adversos, la parálisis y la inmunodeficiencia congénita en el caso de su aplicación durante el embarazo.

Hace quince años atrás, era unánime en la totalidad de la comunidad médica, la contraindicación de cualquier vacuna durante el embarazo, ya que esto puede inducir abortos. Por lo que no podemos evitar preguntarnos: ¿No son iguales las embarazadas de hace 15 años que las de ahora?

El gobierno de Cristina Fernandez Wilhelm de Kirchner, y la mafia farmacéutica, llevan a cabo una política de esterilización y contranatalidad encubierta, induciendo abortos y afectando la salud reproductiva de millones de niñas y la prueba de esto, es la incorporación mandatoria y compulsiva de la vacuna contra el HPV, cuyos efectos adversos son devastadores. Destruye el tejido ovárico, y puede provocar parálisis e incluso la muerte.

¿De dónde se desprende la apoyatura pseudo-científica para avalar este democidio?

El Estado se basa en: "informes" (no estudios) realizados por los laboratorios fabricantes de vacunas, que luego dan lugar a artículos en las principales publicaciones médicas. Los laboratorios se valen de estas "prestigiosas" publicaciones para difundir sus productos en la comunidad médica. Las agencias de "Salud" de los Estados, encargadas de velar por la salud de los pueblos, recogen como verdades médicas estos artículos, que serán el fundamento para las nuevas recomendaciones en la modificación o implementación, de las políticas de salud pública. Esto es, un insulto a la inteligencia y al sentido común, y un crimen contra la humanidad.

Una Tiranía Médica (Pseudo-Científica), donde el objetivo no es el cuidado de la salud, sino la creación de nuevos negocios y el mantenimiento de las enfermedades deliberadamente creadas. Las voces de quienes advierten la estafa de las vacunas, científicos y profesionales de la salud, de Argentina y del mundo, son ignoradas por los medios masivos y el Ministerio de Salud de Argentina, realiza la vacunación mandatoria y compulsiva de todos los ciudadanos.

Datos sobre la vacuna DTaP que debés saber: la FDA, la clasifica cómo Clase C, lo que significa que se desconocen los efectos que pueda causar en el feto, por lo que no se recomienda su aplicación durante la gestación. El NIH (National Institutes of Health) de EE.UU. recibió los resultados de pruebas en ratas preñadas, donde un número significativo de crías presentaron inmunodeficiencia congénita, y admite no haber avanzado con estudios en humanos. Esto significa, que las embarazadas de Argentina serán la "prueba en humanos", de una vacuna experimental que les aplicará de forma mandatoria su propio gobierno.

Ingredientes nocivos en la DTap:

Formaldehído (cancerígeno).
Hidróxido de aluminio y fosfato de aluminio (metal pesado, tóxico).
Thimerosal o tiosalicilato de etil mercurio (metal pesado, tóxico).
Polisorbato80 (conservante, esterilizante en mamíferos).
Fluido de embrión de pollo (alergénico).

Repasemos las fuentes pseudo-"científicas" del Gobierno Federal, del Estado Nacional de la República Argentina, para vacunar compulsivamente a todos los ciudadanos en contra de los derechos civiles y el sentido común. Y en contra del derecho a decidir y a ser informados de los padres.

La FDA (Food and Drugs Administration), que no obliga a los laboratorios a publicar los resultados negativos de sus estudios. "La FDA y los laboratorios duermen en la misma cama" declaró el ex Senador Ron Paul. Y los CDC´s (Centers for Disease Control and Prevention), mismo organismo que recientemente reconoció haber administrado vacunas conteniendo un virus cancerígeno, a 100 millones de estadounidenses durante más de una década.

La Ley Nacional de Vacunación Obligatoria 22.909/83.

Es inconstitucional ya que representa una clara afrenta contra el Derecho a la Integridad Física y es una forma de medicación forzada, algo que es completamente ilegal. Y algo más impresionante aun y que es omitido por toda la “clase” política cómplice, es que esta supuesta Ley 22.909 de Vacunación Obligatoria, ni siquiera es una ley, sino un decreto de la dictadura militar del General Bignone de 1983. Es decir, su texto no ha sido ni redactado, ni aprobado por los representantes del Pueblo en el Congreso Nacional y aunque lo fuera en un futuro, sería inconstitucional e ilegal.

Por otra parte, algunos jueces han tomando para sí mismos, atribuciones que se encuentran por fuera del derecho constitucional. Su función, es la de impartir justicia. Y para el caso de las vacunaciones mandatorias y compulsivas no se aprecia ningún otro delito, que el abuso de poder y el atentado a la salud pública que comete el Estado. No es facultad de los señores magistrados, decirle a los ciudadanos lo que deben hacer, o cómo deben cuidar de su salud o la de sus hijos.

Existen antecedentes que sientan jurisprudencia peligrosa sobre vacunaciones compulsivas en Argentina. En Octubre de 2010 la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, ordenó a un matrimonio de orientación holística ayurveda, a vacunar compulsivamente a su hijo recién nacido sin perjuicio de utilizar la fuerza pública para ello. Este ha sido un fallo lamentable y descarado, ya que es el propio Estado diciéndoles a los ciudadanos soberanos, que sus hijos no son suyos, y por lo tanto serán vacunados compulsivamente con un arma biológica. Esto atenta contra el legítimo derecho de los padres, a decidir lo que consideren conveniente para la salud de sus hijos.

En el polémico fallo, se hace referencia a la patria potestad como un derecho limitado al bienestar del niño, y no al deseo o interés de los padres. Una aberración legal, donde se anteponen los criterios de la tiranía médica, como verdades absolutas, por sobre la capacidad de decidir de los padres.

Los prospectos de la mayoría de las vacunas reconocen una variedad de efectos adversos, entre los que se incluye la parálisis y la muerte.

¿Se piensa realmente en el resguardo del niño, cuando se le aplica un arma biológica que lo puede dejar paralizado o provocarle la muerte, para supuestamente prevenir una enfermedad que aun no ha contraído, que no se sabe si la contraerá y que de contraerla, podría tranquilamente sobrevivir?

La mayoría de los prospectos de vacunas, reconocen no asegurar completa inmunidad para la enfermedad que dicen prevenir.

¿Qué resguardo de la salud harán los magistrados, inyectando a un niño con un arma biológica que no previene en un 100% la enfermedad que debe prevenir, y que a la vez puede incapacitar o matar?

Si las personas vacunadas, están realmente inmunizadas contra una enfermedad infecciosa. ¿Cuál sería el problema, o el riesgo que puedan correr, entrando en contacto con aquellos que no lo están? Así vemos despedazarse, el argumento falaz de estar actuando conforme a otro interés, que no sean: el propio miedo, o el beneficio económico de las farmacéuticas.

Las vacunas no generan inmunidad sino inmunocompromiso, y de hecho muchas vacunas lo reconocen en sus prospectos. Sin embargo la mafia médica, la “clase” política y los jueces, parecen estár completamente decididos, a vacunar compulsivamente a todos los ciudadanos desde la primera infancia.

Algo más preocupante en los argumentos presentados en el fallo de estos magistrados que definiré como, “completos ignorantes de los derechos civiles” es la de atribuirse la potestad de actuar en favor del bien común, por sobre los derechos individuales de los ciudadanos, en casos de epidemia. Es decir, si los laboratorios vuelven a inventar una falsa pandemia, como la de la gripe H1N1 en 2009, el gobierno nacional y los jueces, se atribuyen el derecho de vacunar a toda la población compulsivamente.

Las vacunaciones compulsivas y obligatorias deben terminar: Los derechos individuales, no son algo que el Estado pueda decidir, si se los va a conceder a los ciudadanos o no.

Es el momento de que los hombres y mujeres de todo el país, se pronuncien de forma contundente respecto a su intención de resistir las vacunaciones mandatorias, ante la creciente tiranía a la que nos vemos sometidos. De lo contrario, sólo podemos esperar más vacunaciones ilegales, compulsivas y mandatorias, en perjuicio de la salud del pueblo y en beneficio de los intereses económicos de las farmacéuticas.

Matias Díaz
Fuente: BWN Argentina

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